jueves, 3 de noviembre de 2022

Entre burbujas

Victoria se encontraba esa noche en la tina de baño queriendo relajarse después de una larga jornada laboral del muchas veces desagradecido oficio de barrendero que mantiene a las ciudades un poco menos caóticas de lo que ya suelen ser.

Ella solo quería desconectar de ese mundo de concreto y metal, dejándose llevar por un buen rato entre el aroma del jabón, la espuma y el agua que limpiaban su hermosa y delicada piel, al igual que humedecían su largo y ondulado cabello, mientras se relajaba cerrando sus grandes y dulces ojos.l Un sonido la sacó de ese trance y era la belleza de Macarena desde la puerta haciendo el ademán de silencio con su dedo sobre sus gruesos labios mientras caminaba hacia Victoria, llevando una pequeña bata de color rojo escarlata que se quitó con mucha facilidad dejando al descubierto su delgado cuerpo, sus hermosos y proporcionados pechos, sus caderas y su vulva que al igual que la de Victoria se encontraba bien cuidada y depilada.

Macarena entraba en la enjabonada tina y con sus manos recogía esa agua espumosa para bañar a su compañera de travesura, acariciándole esos lindos senos, su redondo culo, sus lindas piernas. Las dos reían y disfrutaban enjabanonandose y refregandose suavemente la una a la otra. Un inesperado y húmedo beso en principio con los labios y posteriormente con el contacto de la lengua sellaron el encuentro.

Macarena y Victoria acariciaban mutuamente sus atributos dejando escurrir el agua que se combinaba con la humedad del placer que sentían, sus orgasmos entre la masturbación proporcionada entre sí se fundían en esa tina que tenía el espacio suficiente para dar rienda suelta a sus pasiones más íntimas.

Macarena le chupaba y mordía a partes iguales los pezones a Victoria con mucho cuidado y avidez, Victoria no se quedaba atrás y le daba besitos en la zona anal a Macarena con apetito voraz y viajando por el clítoris de su bella amante.

Los rostros de erotismo y lujuria que Victoria y Macarena mostraban eran todo un espectáculo de miradas llenas de vértigo y éxtasis sumadas a su total desnudez tapada solo por la blanca espuma del baño.

Victoria gozaba gimiendo y jadeando con todo el fervor que su respiración permitía y Macarena correspondía igual en ese agudo dueto que era música para los oídos.

Victoria seguía sumida en aquel momento cuando abrió los ojos y se encontró justo como en el momento que los cerró la primera vez, en la soledad del baño, en principio confundida, ¿se trató todo de un sueño producto de la relajación?, al terminar su baño fue a su habitación, un poco con la desilusión de haber despertado de aquel sueño tan apasionante e intenso, sin embargo recibió una llamada, una llamada que le devolvió la sonrisa, se vistió con su mejor gala, un vestido negro corto que dejaba ver sus sensuales curvas lista para salir, la noche no terminaba y era joven, una noche donde los sueños, las esperanzas y las fantasías se hacen realidad.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Danza carmesí

Una oscura habitación, una noche de seducción una mujer de tentación, ojos grandes, labios femeninos de mujer espectacular dándole la bienvenida a aquella fuerte figura de físico envidiable y genialmente tallado que cruzó la puerta, solo cubierto por unos jeans azules.

Ella lo miraba como si en el universo no existiera nada más que ese cuerpo masculino dispuesto para dar todo de sí por ella, aquella ardiente mujer con las aves volando en picada a sus hermosos y voluptuosos pechos y la Mujer maravilla a su lado como escolta en forma de tinta.

Ella le dio un abrazo desde la cintura hacia abajo y le miraba con curiosidad mientras aquel misterioso hombre le devolvía la mirada con expectativa.

Mientras ella empezaba a besar ese abdomen tan perfecto desabotonando lentamente ese jean que lo compensó cayendo rápidamente dejando en evidencia el deseo físico de su amante, el la levantó con sus grandes brazos como queriendo invitarle un baile y efectivamente así fue, un baile donde estaban tan cerca uno del otro moviendo y contoneándose suavemente cada vez aumentando el ritmo, entregándose, dejándose llevar al compás de sus pasiones y deseos más profundos, donde entre la melodía de sus jadeos mutuos y la percusión de sus corazones latiendo más rápido, la humedad mutua de sus cuerpos se presentó para el coro de acompañamiento, donde los tatuajes de ella testificaron como un público en concierto como aquella hermosa pareja de ensueño se amaba como si no hubiera mañana. Como si el canto del cisne fuera el cierre de esta presentación, con los orgasmos como cierre del telón.